Muchas veces las emociones se agolpan en nuestra cabeza y cuerpo por la necesidad de ser liberadas.

Si además de este mecanismo de agolpar, sentimos que no hay nadie con quien poder ventilarlas y sentirme recogido, esta mala sensación crece en nosotros y deja un poso amargo.

La ansiedad cuando es sacada se calma, así como la tristeza…. muchas veces somos violentos con nosotros mismo por no permitirnos sacar estas emociones fuera, muchas veces es que no sabemos hacerlo de otra manera. Sabemos solo lo que se nos ha enseñado a hacer.

Si aprendes a contar, limpias ese poso de emociones no sacadas y cuando algo está limpio, es realmente más reconfortante para continuar con el proceso del bienestar personal.

Hay una buena noticia, si has aprendido a no contar, puedes reaprender para si hacerlo.

Contar es sanar.